Nuestra Villa
Nuestra villa

La Santa Espina es un pueblo creado por el Instituto Nacional de Colonización en 1957 donde se puede disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. Tiene como exponente máximo de su riqueza paisajística el Embalse del Río Bajoz. A escasos metros del núcleo de población se encuentra el impresionante monasterio cisterciernse de Santa María de La Santa Espina, conjunto arquitectónico fundado en el 1147 por la Infanta Doña Sancha de Castilla. Su nombre le viene dado por la reliquia que cobijan sus muros, una espina de la corona de Jesucristo. En la iglesia de admirables proporciones se suman diversos estilos y épocas para hacerla suntuosa. Entorno a sus dos claustros se articulan las dependencias más importantes el Monasterio como la Sala Capitular del s.XII una de las mejores conservadas y más representativas del cister en España. En su exterior, la imponente fachada flanquedada por sus esbeltas torres gemelas. En los aledaños del Monasterio se encuentra el Centro de Interpretación de la Vida Rural o Museo de Aperos.

Pequeña pedanía dentro del municipio de Castromonte, que surgió gracias a una de las repoblaciones que se llevó a cabo en estas tierSala capitular del monasterioras.

Tiene su máximo exponente y activo turístico en el Monasterio que da nombre al pueblo, el de la Santa Espina. Su fundación allá por el año 1.147, año en el que llegaron los monjes cistercienses, bajo el auspicio de Doña Sancha de Castilla, hermana de Alfonso VII.

La iglesia, una de las piezas claves de este monasterio, se construyó en el siglo XIII, con obras posteriores renacentistas del siglo XVI y la fachada, del siglo XVIII, obra de uno de los discípulos de Ventura Rodríguez, donde sobresalen sus dos altas torres culminadas por interesantes linternas. Con aspecto interno soberbio, es una auténtica maravilla poder disfrutar la grandiosidad que representa el atravesar su puerta de entrada. En el centro del altar mayor está ubicado el retablo de madera policromada procedente del Monasterio de Retuerta, aunque sustituya uno de alabastro de gran valor obra de Inocencio Berruguete.

Una de las capillas de la iglesia es la de Los Vegas, lugar en el que reposan los restos de sus fundadores. Está construida en el siglo XIV en estilo gótico con una preciosa bóveda estrellada y obras como la de la Virgen y San Juan del siglo XVIII. Otra capilla es la del Arcángel San Rafael donde residen los restos de la familia del promotor de la última restauración, Rafael Cabestany. Interesantes son allí el sagrario del siglo XVIII o la Virgen y el Niño de alabastro del XVI.

Por último está la Capilla de la Reliquia, capilla donde es obvio se guarda uno de los motivos de este Real Monasterio, una de las espinas que Jesucristo portó en su corona el día de su Pasión y Muerte, que Doña Sancha donó tras conseguirla del rey francés Luis el Joven, que era quien tenía la miClaustrotad de la corona.

El monasterio en sí tiene una impresionante sala capitular del siglo XII, destacada por muchos por su belleza y sencillez, así como una de las mejores del Císter en España. Son de destacar también la sacristía y la biblioteca claustral, ambas del XII.

Imprescindible es la visita a sus dos claustros. El primero fue realizado en el siglo XII, si bien sufrió reformas en el XVII de estilo neoclásico. El otro, dedicado a la hospedería, es del XVI.

Este lugar fue considerado en otra época como el monasterio de San Pedro de Espina, de ahí que el escudo que se sitúa sobre la puerta de entrada lleve una corona de espinas y las llaves de Pedro. Fue abandonado definitivamente por los cistercienses tras la Desamortización de Mendizábal.

Completan la visita, la enorme muralla exterior que rodea el recinto y que fue levantada en el año 1.550. En los aledaños del monasterio, se encuentra el Museo de Aperos, donde se muestran utensilios domésticos y de labranza de los siglos XIX y XX. Hay que concertar visita.

Las fiestas de esta pedanía, son el día de San Isidro, el 15 de mayo, y las denominadas Fiestas del Verano, celebradas en la semana siguiente al 15 de agosto. En ambas fiestas, las verbenas y los juegos para grandes y pequeños están garantizados.